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El artículo 40.2 de la constitución española, así como otras directivas europeas, obligan al empresario a conceder vacaciones retribuidas a sus empleados, por lo que estamos ante uno de los derechos irrenunciables de los trabajadores. Infringir los límites y las normas al respecto nos enfrenta a infracciones laborales graves de hasta 6.250 euros.

 

Para cumplir con la ley es importante que tanto los empresarios como los trabajadores conozcan algunas de las preguntas y respuestas básicas sobre las vacaciones.

 

¿Las vacaciones duran lo mismo se tenga un contrato a tiempo completo o a tiempo parcial?

La duración mínima de las vacaciones se estipula independientemente del tipo de contrato y del tipo de trabajador, quedando en un periodo mínimo de 30 días al año que puede ser prolongado mediante convenio colectivo o pacto individual.

 

En el caso de los contratos a tiempo parcial, las vacaciones se calculan en relación a las jornadas trabajadas, por lo que a una persona con un contrato de dos horas diarias le corresponderá el mismo número de días de vacaciones que a un empleado contratado a tiempo completo durante el mismo número de días.

 

Así, por cada mes trabajado nos corresponderían dos días y medio de vacaciones (2,5 x 12 = 30 días) , aunque siempre debemos acudir al convenio aplicable para comprobar si existen diferencias respecto a lo que resulta de aplicación general.

 

Si se fijasen las vacaciones según los días naturales, se comprenderá que los domingos y los festivos forman parte del periodo de cálculo vacacional, aunque si el primer día de vacaciones coincide con un domingo, no se computará al tenderse que dicho día ha sido ganado por el trabajador durante la semana, siempre que le correspondiera como día de descanso.

 

 

¿Cómo se fijan las vacaciones?

El calendario vacacional debe estar en conocimiento de los trabajadores con al menos dos meses de antelación a su disfrute, teniendo que incorporarlo en el calendario laboral expuesto en un lugar visible, tal y como se aclarara en el artículo 34.6 del Estatuto de los Trabajadores.

 

Para planificar las vacaciones se pueden solicitar las preferencias de los empleados para intentar cuadrarlas, aunque esto no sea siempre posible. Para cerrarlo se debe negociar con los representantes de los trabajadores, aunque no hay obligación de llegar a un acuerdo.

 

En caso de discrepancias insalvables, se estudiarán las condiciones de estos periodos durante los últimos años. En caso de que existan variaciones importantes sobre el calendario y que no se produzca un acuerdo, deberemos acudir al procedimiento del artículo 41 del ET sobre la modificación sustancial de las condiciones de trabajo, aunque en el caso contrario no será necesario.

 

 

 

¿Qué pasa en casos de desacuerdo sobre las fechas?

En caso de que existan conflictos insalvables a la hora de determinar la fecha de disfrute de las vacaciones, existe un procedimiento rápido previsto por los artículo 125 y 126 de la Ley 36/2011, creado con este fin específico. Los empleados podrán plantear la denuncia tanto de forma colectiva como individual.

 

 

 

¿Se pueden hacer cambios de fechas una vez aprobado el calendario?

La respuesta a esta pregunta,en la gran mayoría de ocasiones, es un rotundo “no”. Así se ha recogido en numerosas sentencias, aunque como en todo, existen casos y casos.

 

Para hacer cambios de este tipo deben concurrir causas excepcionalmente graves que deberán ser demostrables y, en cualquier caso, seguirá siendo necesario acordar el nuevo calendario con los trabajadores.

 

Por otro lado, los empleados pueden solicitar cambios ante circunstancias imprevistas, en cuyo caso podría ser aceptado siempre que no suponga ningún perjuicio para la empresa. En otros supuestos, deberemos acudir al procedimiento previsto por el artículo 41 del ET.

 

 

 

¿Qué partidas salariales no se pagan durante las vacaciones?

Durante las vacaciones se aplica el principio de equivalencia, que entiende que el trabajador deberá percibir el mismo salario que le hubiesen correspondido en caso de acudir al trabajo, aunque existen algunas partidas excepcionales que aún estando habitualmente dentro de la nómina, no se tienen por qué devengar.

 

Algunas son los complementos relacionados con el pago de primas o bonus, que no forman parte de la remuneración por vacaciones, las horas extraordinarias, complementos pagados en función del trabajo realizado y otras partidas extrasalariales. Como siempre, hay que revisar los convenios.

 

 

 

¿Qué pasa si un empleado no se reincorpora al trabajo tras sus vacaciones?

Si el empleado no se reincorporara al trabajo tras el disfrute de sus vacaciones, se considerará como ausencia, por lo que estamos ante un hecho sancionable. Antes de hacer nada es aconsejable que se comunique con el empleado para aclarar si se ha tratado de un malentendido o si ha ocurrido algo que justifique tal acción.

 

 

 

¿El empleado puede trabajar en otra empresa durante las vacaciones?

Aunque trabajar durante las vacaciones remuneradas parece contrario a las razones de su existencia, el Tribunal Constitucional entiende que en dicho periodo las personas podrán disfrutar con total libertad de las actividades que considere oportunas para desarrollar su propia personalidad.

 

Esto incluye el desempeño en otros trabajos, aunque se deberá seguir respetando los principios de fidelidad, no concurrencia y sigilo profesional.

 

Por el contrario, el empleado no podrá seguir trabajando en su empresa “original” durante el periodo de vacaciones, ya que hablamos de un derecho constitucional irrenunciable. Todo pacto en este sentido se considerará nulo, ya que tampoco se aceptarán compensaciones económicas en su lugar (salvo en los casos de despido).

 

 

 

¿Se puede obligar a un empleado a interrumpir sus vacaciones?

La empresa puede solicitar la incorporación de un empleado en vacaciones por circunstancias excepcionales, aunque no existe ningún imperativo legal que obligue al empleado a acudir a su llamada. Aún así, existen casos extremos en los que se entiende que el trabajador deberá acudir para proteger a la empresa de daños graves.

 

Fuente: http://blog.sage.es/economia-empresa/ocho-preguntas-y-respuestas-sobre-las-vacaciones-que-su-empresa-debe-conocer/

 

Recuerdo perfectamente que cuando era pequeño tenía unos fines de semana divertidísimos. Practicaba deporte, quedaba con mis amigos, salíamos a cenar con mis padres, veíamos el futbol por la tele… Gran cantidad de actividades que me encantaban y me hacían muy feliz. Guardo grandes recuerdos de los fines de semana de mi infancia.

 

No obstante, cuando se acercaba el domingo por la noche, me acechaban todos los males. Tenía un amplísimo repertorio de dolencias y molestias: dolor de cabeza, de barriga, anginas, malestar general… Afortunadamente, mis padres hacían caso omiso a estas quejas, pues conocían perfectamente el origen de mis dolencias: no quería ir al colegio porque me aburría profundamente.

 

Posteriormente, a medida que me ido haciendo mayor he recordado muchas veces aquellos domingos por la noche. Y me he dado cuenta que en tu carrera profesional, el momento más importante de la semana es, a mi entender, el domingo por la noche. Es en este momento cuando te das cuenta qué significa para ti tu trabajo y el proyecto que tienes entre manos.

 

Supongo que para la mayoría de profesionales, lo más frecuente es que los domingos por la noche sean tristes, desilusionantes pues termina el ocio y empieza el tedio. Estoy convencido que buena parte de las personas que hoy en día tienen la suerte de trabajar (conviene recordarlo en un momento como el actual), tienen estos sentimientos al finalizar el fin de semana. En algunos casos incluso es posible que aparezcan las dolencias que comentaba antes de mi infancia.

 

Afortunadamente, para algunas personas, el domingo por la noche, es un momento realmente especial. Es un momento en que la cabeza te hierve; repasas la agenda de la semana, se te ocurren ideas y realmente estás deseando que empiece la semana para poder realizar todas estas cosas que tienes en mente. Por lo que he visto en mi experiencia, sólo consigues grandes éxitos profesionales cuando los domingos por la noche son de esta forma, activos, ilusionantes, llenos de motivación…

 

Porque para lograr grandes resultados, es imprescindible la pasión. Si repasamos las historias de grandes cracks, de auténticos fueras de serie en diferentes disciplinas, hay un elemento común a todos ellos, la pasión. Resulta prácticamente imposible encontrar a alguna persona que haya triunfado claramente en su disciplina sin estar realmente apasionado por ella.

 

Yo todavía no he encontrado a nadie. Y no es necesario tener que acudir a los grandes cracks mundiales, simplemente es necesario mirar en nuestro entorno más próximo. Seguro que todos conocemos algunas personas cercanas que están consiguiendo grandes resultados. Y estoy plenamente convencido, que todas ellas comparten la pasión como elemento clave de su éxito.

 

Me gusta definir la pasión como aquello que harías aunque no te pagaran por ello. Porque cuando trabajas con pasión, los resultados son diametralmente diferentes. El tiempo vuela, te vuelves muchísimo más creativo, motivas a los demás muy fácilmente, eres mucho más ambicioso, le dediques mucho más tiempo, estás de buen humor…

 

Son incontables los beneficios que aporta trabajar con pasión o en tu pasión, respecto a no hacerlo. Porque, como dice Sir Ken Robinson, “todos tenemos un lugar donde hacemos aquello que realmente queremos hacer y donde somos quienes siempre hemos querido ser”. ¿Y tú, ya has encontrado tu lugar, tu pasión?

 

Fuente: http://blog.sage.es/emprendedores-autonomos/el-sindrome-del-domingo-por-la-noche/


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